¿Argentina programa? ¿o frustra a los que quieren programar?

Maximiliano Firtman
18 min readAug 9, 2021

Hace años que Argentina viene gastando muchísimo dinero en ofrecer cursos de programación “gratis” para lograr tener más programadores, quienes hacen falta — y mucho. Sin embargo, todos los planes fracasan rotundamente y acá te cuento por qué, mostrándote datos oficiales nunca publicados antes.

Si bien no estamos en un video de YouTube, tengo que usar algunas técnicas de spoiler en los primeros segundos para que te quedes antes que te aburras porque es una nota larga.

  • El programa “111 Mil” gastó más de 9 millones de dólares; frustró a 124.683 personas, certificó solamente a 1718 (1,5% del objetivo) sin determinar si sabían o no de antemano y le consiguió trabajo a… bueno, ese dato no fue registrado. Si no lo registraron y no lo dijeron, ya te imaginás la respuesta. Más de 5000 dólares por diploma emitido. Diploma que no sirve para mucho. Me cuentan por Twitter los pocos certificado que no les consiguieron el trabajo que les prometieron.
  • Argentina Programa (hoy en curso y a punto de ser re-lanzado por el Presidente de la Nación) tiene una solución low-cost apoyada por los empresarios — quienes necesitan urgente mano de obra y tienen una idea irrisoria: que un programador o programadora se hace en cuatro a seis meses, sin necesidad de un docente y no importa si vamos expulsando gente del programa como una picadora de carne.
    El programa frustró ya a al menos 2597 personas con un gasto en pandemia durante 2020 de más de 2,5 millones de pesos contratando a una empresa en forma directa sin licitación. Está planificado multiplicar por 30 este programa durante 2021 y es parte del anuncio. Hoy, justo cuando empezó la campaña electoral, se presenta el segundo nivel con un temario propio de una carrera de 2 años pero para hacer en unos meses “a tu ritmo” y con solo 12 clases con un profesor en vivo.
La cámara de software vendiendo humo, humo que compraron muchos gobiernos, el nacional, provinciales y municipales. Ninguno ha mostrado resultados todavía.
  • Codo a Codo junto con otros programas del GCBA es uno de los peores en registro y publicación de información. He tenido que hacer un reclamo formal porque funcionarios de $250.000 de sueldo me sanatearon en la respuesta y no contestaban; pegaban información genérica de la web sin contestar las preguntas concretas que había hecho. Llegó al Boletín Oficial la obligación de contestarme. Lo hicieron al 5%. Está lleno de agujeros y falta de información, principalmente de cuánto dinero se gastó. Para colmo confirmamos que no registran un sólo dato útil de los cursos que dan, ni género, ni edad, ni si sabían algo, ni asistencia y en muchos casos no hay ni proceso de aprobación.
  • La tasa de deserción promedio de los datos que recolecté de forma oficial es de 85%, mientras no hay ningún registro oficial de que un egresado o certificado haya conseguido trabajo de entre una lista total de 270.000 argentinos que se anotaron en estos cursos. Tampoco hay registro sobre el 15% que aprobó, ¿ya sabía de antes?
  • Las mujeres se llevan la peor parte: si bien algunos programas tratan de lograr una paridad de género en la participación, la tasa de abandono aumenta un 25% cuando se trata de mujeres respecto a varones y la tasa de aprobación se reduce a la mitad.
  • La lista de programas por el país sigue: Tucumán, Misiones, Córdoba, San Luis, San Juan, municipalidades, todos quieren tener un artículo en la prensa diciendo que van a cambiarle la vida a cientos o miles de ciudadanos. Siempre es una proyección. Nunca se convierte en una realidad.

¿Logré engancharte? Bueno, ahora te toca leer. Acordate de tocar el botón de Suscripción y tocar en la campanita acá arriba… ah, no, esto no era YouTube, perdón.

Gran parte de la información de esta nota surge de investigación propia que incluye pedidos de información pública al Estado nacional y al Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entrevistas y conversaciones que tuve con profesores y alumnos de muchos de estos programas y mi experiencia personal en el rubro de enseñar programación de 20 años en Argentina y el mundo.

Buenas intenciones no alcanzan

111 Mil, Codo a Codo, Argentina Programa, Programadores 3.0, Yo Programo, Silicon Misiones, distintos nombres de programas que por más buena voluntad que tienen, fracasan y generan más problemas que soluciones. Pero Maxi, ¡qué mal puede hacer un curso! El mal es generar falsas expectativas, frustrar a los posibles candidatos y que decidan abandonar y no intentar más.

Si me seguís en Twitter en @maxifirtman seguramente hayas visto que vengo criticando los programas para enseñar programación hace rato. Si bien siempre hay lectores que suponen una mala intención en mis críticas (¿sos uno de ellos? Te estoy mirando 👀), lo cierto es que los datos que conseguí apoyan lo que venía diciendo en base a mi experiencia de 20 años en el rubro educación en programación.

Antes de arrancar, me gustaría aclarar que efectivamente creo que está muy bien que el Estado invierta en mejorar la situación. Y si estás prestando atención, en este párrafo usé el verbo invertir y en el primer párrafo de la nota usé el verbo gastar. Y no es casual: el Estado ha estado gastando dinero, tirándolo a la basura y no invirtiendo. Y ese es el primer problema grave que tenemos.

Estamos en época año electoral. ¿Qué significa eso? Que provincias (incluyendo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), municipalidades, y el gobierno nacional están gastando dinero en estos meses para vender la idea de que vas a poder conseguir un trabajo de calidad, con posibilidad de cobrar en dólares, gracias al curso que te van a regalar y -casualmente- va a comenzar antes de la fecha de las elecciones.

Difícilmente puedas encontrar una razón política. Critico al mismo tiempo programas nacionales implementados por la gestión Macri como por la gestión A. Fernández, así como programas de la gestión Larreta y de municipalidades de todo tinte político. El problema cruza a todos los frentes: sus objetivos son nobles, pero su conocimiento en el tema nulo, la falta de asesoramiento y la búsqueda de resultados rápidos que tengan impacto político y mediático hacen de las fórmulas estatales un fracaso atrás de otro.

¿Necesitamos que el Estado enseñe programación?

Convengamos que la educación pública y “gratuita” en programación existe hace décadas en Argentina. Sin embargo, hoy esa educación es parte del problema que tenemos por la falta de profesionales en el mercado.

¿Necesitamos que ministerios nacionales, municipalidades y provincias entren a competir con los cursos privados -hoy de moda llamados bootcamps o escuelas de código-? Yo creo que no, por distintos motivos y no es porque yo haya fundado una de estas escuelas — una de las más antiguas hoy todavía en pie, fundada hace 16 años. El Estado debe invertir en otras cosas que permitan mejorar este ecosistema, que permita acceder a estos programas a las personas que lo necesitan. Hoy el Estado está ofreciendo estos programas sin límite y subvencionando a aquellos que no lo necesitan. Encima, para no obtener los mismos resultados que en el ámbito privado.

El programa Argentina Programa

Voy a empezar a hablar de Argentina Programa porque es el vigente y aprovechando que hoy se anunciará la segunda etapa con la presencia del Presidente de la Nación. Intentaré entonces poner un gramo de peso en la balanza contra la tonelada y media de información inexacta que aparecerá en los medios durante los siguientes días.

La industria del software

La Cámara de la Industria del Software -CESSI- está desesperada por conseguir más recursos humanos, porque entre los unicornios y empresas grandes (léase MercadoLibre y Globant) y la fuga de cerebros blue ya no saben qué hacer para subsistir. ¿Fuga de cerebros blue? los programadores que pasan a trabajar remotos para una empresa de afuera cobrando en dólares, ya no saben qué hacer para subsistir. Y en esa desesperación lanzaron el programa “Yo Programo”. Te dejo la imagen del plan:

En dos meses, sin docentes y sólo con un tutor junior vas a saber programar y en dos meses y medio más, ya sos programador@ 😳 Es un DELIRIO

El Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación compró la idea de la CESSI y empezó a implementar el programa con el nombre “Argentina Programa” en 2020, el cual lleva ya dos cohortes, de 7000 personas en total.

La fase 1 ya fue entonces cursada por dos grupos que habrían aprendido tres lenguajes y fundamentos teóricos: Gobstones, JavaScript y Ruby. Cualquiera que sepa programación sabe que para alguien que nunca vio nada en su vida, aprender tres lenguajes distintos sin clases es algo posible -insisto, sin un profesor explicando-. Esto se repetirá este año para un poco menos de 60.000 personas más.

La fase 2 está por ser presentada y la información por ahora habla de que el curso de 2 meses y medio estará estirado en 7 meses con algunas clases en vivo.

Esperas que aprendas todo esto en 7/8 semanas de hacer ejercicios online en una plataforma sin docentes que te expliquen. Pero Maxi, los chicos hoy son autodidactas. Mentira.

Pero entiendo al gobierno nacional, ¿cómo no le vas a creer a la Cámara de la Industria del Software? ¿No son ellos los que saben? Bueno, saben de negocios, de vender software, son empresas, no saben de educación. De hecho, de entre la mayoría de los dirigentes de la cámara que negociaron ésto, no hay una sola persona con experiencia en programación. Y la cámara necesita gente ya y como sea, no le importan los objetivos a mediano o largo plazo como debiera y el Estado entonces está apoyando y promoviendo un programa académico tóxico, exigiendo de más a los alumnos y expulsándolos cual máquina de picar carne.

Incluso la cámara de software tiene un objetivo delirante de quintuplicar la cantidad de programadores para 2030, pero el análisis de ese objetivo lo dejo para otro artículo.

El programa de la CESSI aparentemente se basa en un programa aparentemente exitoso en la ciudad de Concordia, llamado Concordia Programa. Supuestamente muchos jóvenes habrían conseguido trabajo. Pedí una entrevista con la Municipalidad de Concordia para conocer más. Estábamos por hacerla cuando de golpe… pum… me clavaron el visto para siempre cuando les dije mi nombre y apellido. Lástima que no quisieron escuchar mis preguntas, quería saber más sobre los egresados. Porque una de las cosas que veo es que se hace mucha trampa al solitario en estos programas para mostrar resultados.

Concordia programa y también te clava el visto

Cómo será la falta de experiencia de la gente que organiza esto en educación que el examen de la primera cohorte no tuvo examen recuperatorio ni corrección.

En 60 horas de estar frente a la PC haciendo ejercicios en una plataforma te prometen que ya sabés programar y te darán un certificado avalado por cualquiera menos el Ministerio de Educación

Falta una etapa, la que te “va a conseguir empleo [sic]”

La segunda etapa para cuando te prometen que ya conseguirás un trabajo involucra 12 clases con profesores en vivo. Doce. ¡DOCE! Y luego estarás solo o sola en una plataforma con apoyo de tutores. Y al terminar te prometen que te consiguen trabajo. Ajá.

  • Módulo uno: Introducción a desarrollo web y aplicaciones
  • Módulo dos: Front End estático
  • Módulo tres: Front End — Desarrollo Web Dinámico (Angular)
  • Módulo cuatro: Bases de datos
  • Módulo Cinco: POO — Buenas prácticas de programación
  • Módulo Seis: Backend — Java EE parte I
  • Módulo Siete: Backend — Java EE parte II
  • Módulo Ocho: Backend — Java Spring boot
  • Módulo Nueve: Dev Ops

Hubo una primera camada del nivel 2 que fue una prueba, la cual tuvo curso de 200 horas en vivo con otro temario, podés ver el detalle acá pero se ve que ahora cambiaron y son sólo 12 clases y el resto vaya a saber uno.

Debatiendo con la CESSI

En el programa Dominio Digital tuve la posibilidad de debatir durante 45 minutos con el presidente de la Cámara de la Industria del Software sobre este programa, te dejo el video por si querés escucharlo donde verás un poco más lo que podemos esperar del programa y los objetivos de la industria (comienza la entrevista en el minuto 35')

Todo esto es la opinión del autor, ¿no?

Bueno, no. Tengo datos. Como conté anteriormente hice varios pedidos de información pública para poder mostrar la información y que todos podamos sacar conclusiones. En este artículo me voy a dedicar de hablar de Argentina Programa por ser el que está en curso y que podríamos estar a tiempo de lograr que lo hagan mejor. En futuros artículos me dedicaré a hablar de los otros programas de los Estados.

La información oficial

Hice un pedido de información pública a la Subsecretaría de la Economía del Conocimiento del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación y debo decir que me sorprendió la velocidad y detalle de la información entregada.

La respuesta oficial de la Subsecretaría a cargo de Argentina Programa

La información sobre la segunda cohorte terminada en junio 2021 no forma parte de la información que ya tengo a disposición, en un futuro tendré esa información también.

Presupuesto: se contrató en forma directa y sin licitación a la empresa IKUMI SRL que tiene la marca Mumuki, una plataforma que es muy buena para acompañar un proceso de aprendizaje en programación pero NO es un curso de programación. Es equivalente a darme un botiquín y una serie de instrucciones y decirme que eso es un curso de enfermería. Es una herramienta que debería acompañar a un proceso educativo con docentes. Hoy es un curso “low cost” pero con el Estado vendiéndonos que es un curso “posta” y que con eso solo vas a saber programar y vas a conseguir un buen empleo en el corto plazo.

Se contrató a la empresa de forma directa por 2.5 millones de pesos en 2020 y la excusa de no haber hecho licitación es “pandemia” con fundamento en la emergencia sanitaria con el fin de “formar recursos humanos que puedan incorporarse rápidamente al mercado laboral de la industria del software”.

O sea, el Ministerio de Desarrollo Productivo cree que se pueden crear programadores de la nada rápidamente, el mismo mensaje que da la CESSI. Lamento decirles que no funciona así. De hecho, dicen que van aumentar las exportaciones del sector luego del plan; bueno, vienen cayendo, pero por otros problemas.

Al programa cuando fue lanzado en 2020 se anotaron 157.596 personas, y por supuesto los Estados usan la cantidad de inscriptos como una muestra del éxito del programa. Pero el éxito se mide por la salida, no por la entrada.

Personas inscriptas a Argentina Programa por género
Perfil etario de inscriptos a Argentina Programa

A toda esta gente se le pidieron unos requisitos administrativos para pasar a estar en otro listado de interesados. Lo cierto es que no había información de cómo se cursaba, cuándo, por lo que la gente simplemente mostraba su interés y no mucho más.

De los que cumplieron los requisitos nos quedamos con 65.001, la mayoría en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y CABA.

De todo el listado se empezó con un primer grupo donde se priorizó primero a las personas no binarias (Otros en género), luego 50% mujeres y 50% varones.

El 44% de los no binarios fueron aceptados, junto al 7% de mujeres inscriptas y el 5% de varones inscriptos

Una cosa que destaca de la selección de los primeros 4000 es cuántas becas se asignaron a Tierra del Fuego. En esa provincia había 311 inscriptos de los cuales quedó el 65% contra el 6% promedio de las demás provincias. ¿Por qué se le dio prioridad a Tierra del Fuego? Probablemente porque justo Globant abrió una sede allí unas semanas después del lanzamiento del programa. Porque una de las cosas que determinan a estos programas, es que los funcionarios realmente creen que van a conseguir decenas de programadores en Tierra del Fuego listos para conseguir un trabajo en Globant al terminar.

Vamos a lo importante: los resultados

De los 4000 que comenzaron la primera cohorte, éstos son los resultados:

  • El 46% hizo todos los ejercicios de la plataforma
  • El 59% se anotó al examen, lo cual es extraño dado que para anotarse al examen había que hacer primero todos los ejercicios pero se incentivó a la gente que se anote igual al examen.
  • El 35% aprobó el examen y pasa a la segunda etapa (aunque no sabemos si podrán cursar o no porque es todo en el aire). El 65% entonces no cumplió los objetivos y fue descartado del programa inmediatamente, sin recuperatorio, sin nada más que ofrecerles. Pero recordemos, sin haber pasado por un proceso educativo real.
  • El 31% hizo preguntas en el foro (única vía de contacto, en este caso con un tutor junior, o sea, tampoco era un docente), un promedio de 4 preguntas cada uno. 7 de cada 10 alumnos nunca hizo ni una pregunta mientras aprendía programación por primera vez. Éste es un dato demoledor. Denota que muchos alumnos estaban tan perdidos o ausentes que ni preguntas hicieron. Cualquier profesor que haya enseñado programación y más durante dos meses, tres lenguajes y muchos temas teóricos sabrá la cantidad de preguntas que los alumnos necesitan hacer.

En el siguiente cuadro tenemos la información de abandono del “curso” mientras avanzaban las semanas

Podemos ver cómo la mayoría fue abandonando en las etapas iniciales, lo cual sigue soportando la teoría que la gente estaba super perdida, sin contención. Me contaron alumnos que nunca nadie los contactaba proactivamente. Si entrabas a la plataforma o no, dependía de cada persona. Como no era un curso, no había sincronismo (no tenías que conectarte un día a una hora)

Nunca se supo cuántos tutores fueron contratados para contestar preguntas en el foro. De hecho por la cantidad de preguntas realizadas, un tutor hubiera sobrado.

Ahora empieza el nivel 2 para los que tuvieron la suerte de aprobar el nivel 1, ¿será por compra directa? ¿seguirán contratando a la misma empresa sin hacer un llamado a licitación? Aquí la respuesta

El procedimiento tiene pinta de seguir igual, contratación a dedo

La antesala: 111 mil

111 mil fue un programa similar orquestado por el mismo Ministerio en el período de gobierno de Mauricio Macri. El objetivo era llegar a 111.000 programadores (en concreto 100.000 programadores, 10.000 universitarios, y 1000 emprendedores). ¿Qué logró? Apenas un 1% del objetivo, pero ese 1% ni siquiera se sabe si no sabían programar de antes y habían ido por un certificado más-certificado que no sirvió para nada como tampoco lo será el de Argentina Programa.

Los datos oficiales que obtuve -nunca publicados hasta ahora- marcan un gasto de al menos 9 millones de dólares y la falta de registro de mucha información:

  • No se sabe si los alumnos sabían programar
  • No se sabe género ni edades de los alumnos
  • No hay registro de asistencias ni abandonos
  • No hay registro de certificados que hayan conseguido empleo
La peor parte es cuando te das cuenta que no hay datos. No se midió nada, sólo importaron las notas de prensa para que políticamente sirva el discurso

Los principales datos de 111 mil son:

  • 126.401 inscriptos, 59% varones, 37% mujeres
  • No hay información sobre asistencias durante la cursada
  • 6.971 (el 5,5%) se presentaron al examen luego de terminado el curso
  • 1856 (el 1,5%) aprobaron el examen de los que cursaron y 358 certificados “libres” (se abrió la opción a que cualquier pueda certificar cuando vieron que los datos eran muy malos). Recordemos que el objetivo era que 100.000 aprobaran.
  • A pesar que el 37% de los inscriptos fueron mujeres, sólo el 24% de quienes se presentaron a dar el examen fueron mujeres, y sólo el 18% de los finalmente aprobados fueron mujeres mostrando que el plan expulsó más mujeres que varones durante la cursada, agrandando la brecha al doble.
  • Se gastó al menos 9 millones de dólares en el plan de presupuesto. El valor suena alto pero si hubiera cumplido un 10% de su objetivo, tal vez es una baja inversión para el Estado. El problema es que no cumplió con nada y fue dinero tirado a la basura.
  • No suele haber programadores ni especialistas en educación en programación detrás de los programas. Son Lic. en Economía, sociólogos, lic. en política, abogados que nunca programaron ni menos enseñaron a programar y por lo tanto, caen en las trampas de cualquiera que les vende humo sobre cómo se consigue generar nuevos programadores.

Como vemos, fue un fracaso rotundo. Yo había criticado el programa antes que comience en la nota Evitemos 111 mil frustraciones y lo que sucedió fue peor que mis augurios. Fue el único que criticó el programa en ese momento, me valió críticas y hasta una amenaza de muerte. Veremos cómo me llevo con esta nueva crítica.

Conclusiones

Para muchos, 35% de aprobados puede ser un muy buen número. Pero hay varias cuestiones:

  • Argentina Programa tiene el mismo espíritu de temas que 111 mil que ya fue un fracaso rotundo con el agregado que es low cost, no tiene docentes apoyando a los alumnos, es remoto, en lugar de un año de clases ofrece 12 clases nada más y espera que los alumnos sean todos autodidactas. ¿Qué puede salir bien? En lugar de 111 mil frustrados ahora serán 60 mil frustrados.
  • No se registra si los participantes ya sabían programar. Es sabido que mucha gente se anota a este tipo de iniciativas cuando son gratuitas y les ofrecen un certificado del Estado. De hecho, en un sondeo informal en Twitter, muchos de los aprobados me contaron que ya sabían programar, incluso muchos estudiaron o estudiaban en la universidad. Así que ese 35% de aprobados es posiblemente haciendo trampa al solitario.
  • Me preocupa mucho qué pasa con el 65% que es expulsado por el programa. El gobierno propuso un programa elitista. Si no sos capaz de aprender 3 lenguajes y muchos conceptos teóricos en ejercicios individuales durante 7 semanas, y sin recuperatorio te está diciendo que ésto no es para vos. Y si pasaste esa prueba te dice que si no sos capaz de convertirte en un programador full stack con 12 clases y un sistema autodidacta, deberías dedicarte a otra cosa. Y el problema es que puede ser falso y haber expulsado a mucha gente de seguir intentando o de que entre al mercado con un acompañamiento más profesional y menos “low-cost”.
  • ¿El 35% certificó que sabe programar como dice el final de la fase 1? Ni de casualidad, saben resolver ejercicios simples de algunos temas y no hay garantía que lo hayan aprendido gracias al programa, más bien lo contrario.
  • ¿Los alumnos aprendieron qué significa trabajar de programador? No han tenido motivación real para entender qué hace un programador, y para ver si le va a gustar o no. Tuvieron algunas charlas pero todas (están en el canal de YouTube) son más bien del estilo “tú puedes, te necesito, aprendé así te contrato, es fácil, que no decaiga”. El rol del Estado no debe ser capacitar a la gente, sino mostrarles los caminos, despertar intereses y ayudar financieramente sólo al que lo necesita.
  • ¿Generará nuevos programadores en la industria en poco tiempo como esperan? Ya te imaginarás mi augurio. No. No lo hizo 111 mil, menos lo hará Argentina Programa. Y no sólo por opinión sino porque tengo los datos oficiales de otros programas similares anteriores y repetir las mismas fórmulas no van a generar resultados distintos. Muchos me critican por hablar mal del programa sin esperar los resultados, pero si sos un arquitecto y ves un balcón que tiene mal las proporciones o está mal amurado a la estructura del edificio y da aviso, ¿también le vas a decir que hay que esperar los resultados antes de criticar?
  • No se puede aprender todo lo que dicen que te van a enseñar en ese tiempo y con casi nulo acceso a docentes, con una plataforma para que hagas a tu ritmo. Va a ser un fracaso como lo fue 111 Mil. Hay una falta de respeto a los procesos educativos y al rol del docente pocas veces visto desde el Estado.
  • La elección de los temas que se dictarán NO es buena cuando el objetivo es enseñar programación hoy. Se eligieron muchos temas que la industria pidió pero el mejor camino para llegar a eso no es enseñar de cero esas tecnologías. De hecho, es similar al conjunto de tecnologías enseñadas en el programa 111 Mil de fracaso rotundo; la diferencia es que esta vez encima va a ser low-cost.
  • Y dejo como último tema, el que no sea una licitación abierta y transparente. Aunque no haya nada raro, la excusa de que hay pandemia es irrisoria para este caso.

Tengo mucho más para comentar sobre el programa, así como información oficial del programa Codo a Codo, entre otros, pero lo voy a dejar para otras notas.

Se que los funcionarios reciben mis mensajes y mis críticas. También se que aunque no lo acepten, han tomado algunas de mis quejas y en la segunda cohorte hicieron algunos pequeños cambios, pero el fondo de la cuestión sigue siendo igual: dando falsas expectativas a la población, no ofreciendo un nivel educativo adecuado, forzando a la gente a un ámbito tóxico de aprendizaje (no hay interacción, muchos lenguajes juntos para alguien novato y poca salida real), expulsando gente del futuro de IT y contratando a una sola empresa por compra directa.

Hay programas del gobierno que aunque sumen, no restan. A mi entender, Argentina Programa como está desarrollado, resta en el futuro de la programación en Argentina generando un ambiente elitista, subvencionando a personas que no lo necesitan y dejando a la intemperie y con sensación de “ésto no es para mí” a los que sí necesitan ayuda.

¿Cuál es el mejor camino para aprender programación?

No hay uno solo y tal vez este curso de Argentina Programa le pueda servir a una minoría de los inscriptos aunque no para directamente conseguir trabajo con eso sole, pero si no te sirve, no te frustres, seguí intentando. Te dejo este video con una charla que di al respecto que te puede ayudar

Sobre el autor: Maximiliano Firtman es licenciado en sistemas y docente desde hace 20 años. Ha creado distintas carreras cortas en academias privadas como Image Campus y ITMaster Academy, en lugares públicos como UTN y la Universidad de Fresno, Californa, además de dictar clases en más de 40 países. Es autor de 12 libros con 13 traducciones disponibles y de varios cursos en distintas plataformas. Suele tratar temas de programación y aprendizaje en sus cuentas de Twitter @maxifirtman y @firt.

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Maximiliano Firtman

Programador, Profesor y Autor. Director de ITMaster Academy, enseñando programación. Escribo hace 25 años. En inglés escribo de temas técnicos en firt.dev